Asier Illarramendi fue una de las grandes apuestas blancas hace un par de veranos. Por aquel entonces, el joven jugador venía de realizar una temporada espectacular con la Real Sociedad y de revalidar el campeonato europeo Sub-21 con la Rojita. Su posición en el campo y su visión estratégica hizo que muchos le compararan con el mismísimo Xabi Alonso, otro canterano donostiarra con el que compartía más similitudes.
En 2013, Florentino Pérez pensó que sería el gran revulsivo para el conjunto blanco y apostó fuerte desembolsando la friolera de 39 millones de euros. Pero los resultados no han sido, ni mucho menos, los deseados. Illara no ha demostrado lo esperado, lo cual le ha lastrado a pasar muchos minutos en el banquillo. Seguramente demasiados para su precio.
Pero, ¿a qué se debe este fracaso? Si era un jugador tan bueno, ¿por qué no ha triunfado en el Madrid? Hay diversos factores que explican este fiasco. La clave puede ser que su carrera se vio frenada ante un salto de calidad tan grande; aún no había madurado lo suficiente, deportivamente hablando. Seguir un año más en la Real Sociedad, que esa temporada se había clasificado para la Champions League, habría sido la mejor decisión para ambas partes.
Los errores puntuales en partidos importantes le pasaron factura, comenzaron a señalarle y cuestionaron su nivel. Esto, junto a las polémicas fiestas en las que se vio envuelto, no ayudaron a su imagen. Además, la presencia y los fichajes de otras grandes estrellas le han ido desplazando gradualmente. El primer año, la dupla Modric-Alonso le hizo sombra, el segundo le remató con la llegada de Kroos y esta temporada no ha dudado en marcharse tras el fichaje de Kovačić.
Pocas luces y muchas sombras; por eso nunca terminó de cuajar. Comenzó como la primera opción en las sustituciones pero se fue relegando. Ancelotti no confió en Illarra, algo que demostró en momentos clave de la temporada pasada y plagados de bajas: por ejemplo, cuando revolucionó la alineación al preferir al defensa Ramos en su posición de centrocampista durante las semifinales de Champions. A Benítez tampoco le ha terminado de convencer esta pretemporada, así que el donostiarra hace las maletas y vuelve a su casa, Anoeta, por la mitad de lo que costó. Allí dispondrá de minutos.
