La trayectoria profesional de Fernando Torres siempre ha estado marcado por los altibajos. El de Fuenlabrada debutó en las filas del Atlético de Madrid con apenas 17 años y en muy poco tiempo se convirtió en el ídolo del Calderón, donde fue uno de los artífices del ascenso a Primera. Rápidamente también se ganó el corazón de los de Anfield y en la Roja vivió su momento más glorioso al anotar el tanto de la victoria en la Euro de 2008, de hecho, ese mismo año fue incluso finalista en el Balón de Oro.
No obstante, ahí comenzó la declive del Niño. Su traspaso al Chelsea fue un infierno, no solo por el odio que provocó en Liverpool, sino porque no respondió como se esperaba del fichaje español más caro de la historia. Un solo tanto ligero en su primera campaña y un total de 20 en la friolera de 4 años. ¿Salió rentable? Desde luego que no, por eso lo cedieron a Milán, donde tampoco cuajó. Paralelamente, desapareció de las convocatorias de la Selección. El Chelsea, sin saber qué hacer con este frustrado traspaso, decidió que recalaría de nuevo en el Atlético de Madrid y el Niño volvió a la que siempre fue su casa.
La temporada pasada anotó 3 goles ligeros, pero en Copa hizo los deberes eliminando al Real Madrid. Las cosas pintaban bien para un jugador que solo jugaba minutos sueltos, pero este año empezó mal la cosa y se habló de una posible salida. Pero Simeone le puso las pilas y parece que ha reaccionado. El Niño lleva marcando en 5 partidos consecutivos. Esto algo que nunca había conseguido en toda su trayectoria profesional, pero lo más importante ha sido en qué partidos. En los últimos encuentros se ha ganado la titularidad con Griezmann, pero ha desplazado a Vietto de los habituales onces.
Gracias a sus goles, como el de la victoria en San Mamés, el Atlético de Madrid sigue vivo en la Liga; la pugna por el campeonato nacional está más encarnecida que nunca, y además anotó el tanto en el Camp Nou que sirvió para eliminar al Barcelona de la Champions. Su promedio goleador, teniendo en cuenta el número de minutos, le sitúa entre los mejores del campeonato. Alguna voces claman incluso su inclusión en la lista de del Bosque, eso puede ser exagerado, pero lo que está claro es que la mejor versión de Torres ha vuelto. El Niño ya no es tan niño, pero con 32 años demuestra que sigue teniendo potencial y que aún puede hacer lo que mejor sabe: marcar goles.
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