El nuevo Sevilla de Sampaoli ya ha empezado a funcionar. Hay nuevas incorporaciones bastante sonadas, como la de Ganso, Franco Vázquez o Sarabia; se está cogiendo buen ritmo en los amistosos como el jugado ante el River Plate; y abunda el buen ambiente en la plantilla. ¿Qué mejor forma de celebrarlo y de continuar con esta ilusión que empezar la temporada levantando dos títulos? Las Supercopas están al caer y es importante comenzar con buen pie.
El 9 de agosto se juega el primer match-ball de la temporada. Los hispalenses conocen muy bien este torneo, puesto que acceden a él por tercera vez consecutiva gracias a sus Europa League. Sin embargo, no guardan un recuerdo grato de la Supercopa de Europa; los dos últimos años la perdieron y solo han levantado una vez el trofeo tras cuatro intentos. Esta vez, se verán las caras ante el Real Madrid, los blancos no forzarán y algunas de sus estrellas como Keylor o Cristiano no disputarán el choque, lo cual puede suponer un pequeño respiro para los de Nervión.
Además, disputarán la Supercopa de España. Esto ha sido posible gracias a una carambola, ya que el doblete del Barcelona cedió el otro puesto al subcampeón de la Copa del Rey. El choque es a doble partido y puede marcar el estado anímico de unos y otros a unos días de comenzar la Liga. Hay que tener en cuenta que la pretemporada blaugrana será más corta y que muchos de sus jugadores se incorporarán a la plantilla en los días previos a la Supercopa de España.
Unai Emery puso el listón muy alto, sobre todo por las Europa League conseguidas. Ahora es el turno de Sampaoli para mantener este nivel o incluso superarlo. Las Supercopas no son el título más importante del año, pero sí una prueba de fuego. El Sevilla se tiene que probar con los grandes en un año con muchos cambios y novedades; es importante hacerlo bien de cara a una temporada en la que volverá a sonar el himno de la Champions en el Pizjuán.