
Esta semana ha salido a la luz un vídeo de contenido sexual en el que aparecen dos jugadores del Éibar, Sergi Enrich y Antonio Luna, manteniendo relaciones con una chica. Los jugadores han emitido un comunicado pidiendo disculpas por la difusión del vídeo y por cualquier daño colateral que pueda repercutir a la tercera persona o al club, además han asegurado que las relaciones fueron consentidas.
El vídeo se ha hecho viral, el Éibar no se ha manifestado al respecto por considerarlo algo ajeno al equipo, mientras que la chica ha denunciado a los jugadores por la difusión de dicho vídeo, algo que ellos niegan haber hecho y la Policía ya está buscando al culpable.
La pregunta es, ¿cómo puede afectar esto a los jugadores y al propio equipo? El Éibar ha comenzado la Liga con buen pie, está ofreciendo buen fútbol y consiguiendo grandes resultados, lo cual le hace mirar de reojo hacia los puestos europeos. El rendimiento de dichos futbolistas también está siendo positivo, pero a nivel psicológico podrían verse mermados.
El entrenador optó por no convocar a ninguno de los dos jugadores para el último amistoso. Después se filtró una conversación en la que se acusaba a Eddy Silvestre, un jugador que el año pasado militó en el conjunto armero, de ser el culpable de la divulgación del vídeo. Y, por último, se ha hablado de Pedro León como el responsable de hacer pública dicha conversación.
Por tanto, todo son palos para el Éibar. La pregunta es, ¿cómo le puede afectar esto al equipo? Todo iba bien hasta que se ha metido entre medias un asunto extradeportivo; algo de la vida personal de los jugadores y aparentemente consentido que se ha puesto feo por una denuncia (difundir un vídeo así está penado por ley) y por el mal ambiente que se ha generado entre la plantilla, al menos es lo que asegura la prensa. La semana de descanso por selecciones le puede venir bien a los jugadores para enfriar el ambiente y frenar este efecto dominó, pero para ello el conjunto vasco debe responder bien en el próximo partido y ante su afición demostrando que los temas personales no le afectan a lo deportivo.